Windows 8 hará su aparición durante la segunda mitad de este año (entre julio a diciembre), en sus ediciones para equipos x86 y ARM. Y aunque hace algunos meses la propia Microsoft confirmó que Windows 8 on ARM no será capaz de ejecutar aplicaciones x86, los analistas de la industrian piensan que ello podría traerle problemas a Microsoft.
Hace algunos días pudimos apreciar gracias a Qualcomm una breve demostración de Windows 8 on ARM, la que muestra el esfuerzo de Microsoft por crear un entorno de desarrollo de nuevas aplicaciones, donde los desarrolladores pueden crear aplicaciones para la interfaz Metro de Windows 8.
Patrick Moorhead de Forbes afirma que ello será un problema para Microsoft, pues los usuarios de Windows están habituados a que sus aplicaciones sean longevas, y muchos de ellos podrían no estar muy satisfechos al tratar de infructuosamente instalar sus aplicaciones x86 (software legado) en Windows 8 on ARM sin ningún éxito. A ello habría que añadir muchos de los actuales dispositivos como teclados, mouses, impresoras, scanners, joysticks, cámaras digitales, entre muchos otros, los que probablemente no funcionen en los equipos con Windows 8 on ARM instalado.
Microsoft tendrá mucho trabajo en cuanto al desarrollo y certificación de controladores para ambas ediciones de su sistema operativo (x86 y ARM); situación que es conocida y que toma mucho tiempo, y que se ha dado en las dolorosas transiciones de Windows 9x a Windows 2000/XP, y recientemente en la transición de Windows XP a Windows Vista/7; y en estos casos anteriores no se requirió una arquitectura distinta a x86, lo que en el caso de ARM añade nuevos desafíos para Microsoft.
Moorhead piensa que la única forma de que Microsoft evite dichos problemas sería no nombrar a su nuevo sistema operativo: Windows 8 on ARM, pues si tiene por nombre Windows, los usuarios esperarán que respete la retro-compatibilidad que caracteriza a esta familia de sistemas operativos.
