Como dirían los grandes filósofos, partamos por el comienzo. Todos conocemos el nuevo servicio que ofrece Google llamado Google+, una nueva red social que busca robarle usuarios a Facebook ofreciendo quién sabe qué (sí, no tengo invitación y qué). Pasó que a muchos afortunados que actualmente están haciendo uso de dicha plataforma les empezó a llegar una gran cantidad de correos electrónicos de esos que notifican sobre actividades ocurridas en el portal, tal como los que envía Facebook a tu casilla cuando un nuevo amigo te agrega o alguien escribe en tu muro.
Una cantidad impresionante de spam empezó a llegar y todos se trataban de avisos repetidos, como si a Google se le hubiera olvidado que ya te habían avisado sobre aquello. Y algo así ocurrió, porque por cerca de 80 minutos a Google+ se le acabó el espacio de almacenamiento en los discos duros del sistema de notificaciones y por lo tanto, no se podía escribir el reporte de que ya te habían mandado una alerta sobre alguna actividad.
Así que los correos electrónicos seguían siendo enviados y nadie tenía memoria de aquello. Todo hasta que se dieron cuenta, rompieron el chanchito de monedas en la compañía y compraron más discos duros. O algo así, porque el problema finalmente se solucionó a la brevedad y se pidieron las disculpas correspondientes al caso. Al final nada grave, porque después de todo, de eso se trata hacer el lanzamiento de un servicio masivo en forma lenta y a través de invitaciones: probar las fallas y hacer una estimación paso a paso de la cantidad de tráfico y usuarios que el servicio tendrá para evitar catástrofes de largo alcance.
Fuente: Engadget
