La mayoría de los SSD famosos que están dando vuelta en el mercado tienen algo en común: un procesador SandForce para manejar el almacenamiento en los chips Flash NAND. Justo en un buen momento han sido comprados por LSI, una firma que diseña semiconductores para su uso en redes y almacenamiento.
Esta compra le costará a LSI la módica suma de USD$322 millones en efectivo, pero a cambio no sólo recibirán el completo control de SandForce y sus productos, sino también sus patentes y tecnologías. Obviamente, todo esto depende de la aprobación regulatoria en los distintos territorios, pero se no encontrarse mayores problemas la adquisición finalizará a principios del 2012.
Esta movida fue estratégica. Los precios de las memorias NAND Flash van a la baja, no tan rápido como para opacar a los métodos de almacenamiento tradicionales. Como probablemente las ventas comenzarán a aumentar mucho más a mediano o largo plazo, tanto en el mercado de equipos de escritorio y portátiles como servidores, hacerse del principal puente entre la controladora y las memorias es la mejor estrategia para LSI. Y si no sucede eso, todavía hay espacio para su uso en el sector de redes.
Como sea, no suena mal “LSI SandForce”.
Fuente: CNET