El calor siempre fue uno de los efectos no-deseados de la minería, pero la empresa francesa Qarnot supo sacarle provecho. Criptominero QC-1
Su nuevo producto, el QC-1, es capaz de minar criptomonedas y aprovechar el calor generado para calentar tu habitación. Esto supone cierta “eficiencia” o utilidad del residuo térmico generado por la máquina, por lo que podemos decir que es una manera de evitar desperdicios energéticos si queremos dedicarnos a la criptomineria.
Dentro de la computadora-estufa QC-1, encontramos dos placas de video AMD Sapphire Nitro+ Radeon RX580, que son las responsables directas por la generación del calor, con 8GB de VRAM, están diseñadas para minar 60 MH/s. El sistema no posee ventiladores o discos rigidos, por lo que no genera ruido alguno. Ademas esta diseñado y optimizado para realizar su tarea especifica de manera más eficaz y potente que cualquier máquina armada con componentes similares.
El QC-1 se conecta por medio de un puerto ethernet y, según Qarnot, en 10 minutos la podemos tener minando, lo único que debemos hacer, es pasar por una breve configuración añadiendo la dirección de nuestra billetera Ethereum.
La empresa asegura que se genera alrededor de u$120 por mes en criptomonedas, sin tomar en cuenta el gasto energético de la computadora ni el ahorro en el consumo de otro tipo de calentador de equivalentes “calorías”.
El QC-1 ya está disponible para la compra a un precio de u$3600, algo difícil de digerir si tomamos en cuenta la ganancia mensual estimada mencionada por la empresa. Pero cada quien es libre de hacer sus matemáticas y concluir si le es conveniente la inversión a la hora de comprar una estufa y/o rig de minería.
Sobre Qarnot
Qarnot es una empresa francesa que tiene una larga trayectoria innovando en sistemas similares al QC-1. Comenzó por el 2010, y a lo largo de su historia tuvo tres generaciones de computadoras-calentadores de múltiples CPU, destinadas a funcionar como servidores-estufa en empresas de diferente índole, como de construcción o dueños de propiedades, entre otros, que requerían de generadores de calor artificiales para sus emprendimientos, aprovechando el potencial de cómputo para rentarlo a usuarios finales.