De acuerdo a fuentes anónimas entrevistadas por el sitio MCV, Microsoft estaría preparando un elaborado sistema para que la compañía y los publishers reciban un porcentaje de ganancias cada vez que las tiendas comercialicen juegos usados para la Xbox One.
¿Cómo funcionaría este sistema? Los juegos usados serían registrados en una base de datos administrada por Microsoft a través de Azure, su servidor en la nube. Cuando la tienda venda el juego en cuestión, automáticamente la publicadora y Microsoft se harían acreedores a un porcentaje de ese dinero.
Cabe señalar que la tienda sería la única responsable de fijar el precio para estos juegos, aunque el reporte indica que su tajada sería únicamente del 10%. Es decir que Microsoft y el publisher se quedarían con el 90% restante.
Ahora bien, otra parte fundamental de este sistema es que el usuario que decida vender su título perdería el registro del juego dentro de su cuenta en Xbox Live, lo que explicaría la aparente necesidad de conectar la consola a internet cada 24 horas.
Cuando Microsoft fue consultado por el sitio MCV para confirmar o desmentir esta información, los de Redmon se limitaron a decir que aunque “se han comentado varios escenarios respecto a este tema, sólo se ha confirmado que la Xbox One permitirá que los usuarios intercambien y vendan sus juegos en las tiendas. Pero hasta ahora no hay nada confirmado”.
Por su parte, otra fuente de “muy alto nivel” consultada por la página Eurogamer, dice que, efectivamente, existiría un impuesto para reactivar los juegos usados en otras cuentas, pero el responsable de cubrir esa cantidad no será el jugador, sino la misma tienda que lo comercialice. Eso quiere decir que el precio final que determiné el establecimiento o cadena ya incluiría ese recargo.
De convertirse este escenario en una realidad, Microsoft no sólo se estaría embolsando un porcentaje de la venta de los juegos usados, sino que también obtendría ganancias del supuesto cargo extra que se le cobraría a los jugadores que adquieran este tipo de juegos. Además, el negocio de los juegos de segunda mano sufriría un peligroso revés que lo pondría al borde de la extinción.
Esperemos que la E3 despeje nuestras dudas y no deje cabos sueltos, pues la conferencia de Microsoft dejó más preguntas que respuestas.
Fuente: MCV