Yo suponía que comprando juegos “activos” el niño de la casa tendría mayor interés en levantar pesas imaginarias o correr una maratón virtual. Pero al lado de joyas como Uncharted 3: Drake’s Deception, Battlefield 3, Modern Warfare 3, sólo por nombras algunas, se roban toda la atención a la hora de elegir qué jugar. Bueno, ahora esto fue probado científicamente.
Una mitad de los niños bajo las pruebas de los tipos de bata blanca y lentes, que se consideraban en riesgo para llegar a una obesidad adulta, tuvieron acceso a videojuegos “activos”, mientras que la otra mitad se quedaron con los juegos “pasivos”, para jugar en sus respectivas casas. Para controlar las variables de estudio ninguno de ambos tipos de juegos tenían una historia o una gran narrativa. El resultado es tragable como un pan 15 minutos antes de la cena: no se observó alguna diferencia en la actividad de los sujetos de estudio.
Como conclusión, el estudio dió dos golpes bajos a la industria que mete estos juegos en el mercado. Primero, no por tenerlos en el estante o vitrina va a mejorar la condición física de los niños. En segundo lugar, si los juegos “activos” pudiesen motivar actividad física de forma mantenida a través de una narrativa, en vez de ser sólo una serie de “workouts” interactivos, quizás otro gallo cantaría.
Bueno, aprovechando que puedo meter mi opinión acá porque somos Niubie, sería genial algún juego sobre la media y con mayor aspiración que pudiese derechamente ofrecernos más que una serie de ejercicios o un experimento de nicho. Hasta ahora, me he topado con varios “casuales”.
