El grafeno es un material fascinante: una malla bidimensional de átomos de carbono cuyas propiedades parecen sacadas de la ciencia ficción, como ser transparente pero con la suficiente densidad para retener el helio, y sin embargo permite que se filtre el agua, es 200 veces mas resistente que el acero, tiene una alta conductividad térmica y eléctrica, etc.
El problema es que para sacarle provecho, debemos primero comprender el grafeno y su comportamiento (no por nada investigadores de este material ganaron el Premio Nobel de Física el 2010). La última propiedad descubierta de este material es sorprendente: tiene la habilidad para ‘repararse sólo’ en caso de estar dañado.
Un equipo de físicos de la Universidad de Manchester, liderado por uno de los científicos que ganó el Nobel el 2010, disparó un rayo de electrones a una lámina de grafeno creando un pequeño orificio que luego lo llenaron con átomos de paladio y níquel. Para la sorpresa de los investigadores, si agregaban átomos de carbono al hoyo, éstos desplazaban al níquel y al paladio para volver a ‘tejer’ la malla de grafeno como si nada hubiera pasado.
Los físicos observaron además que si se llenaba el orificio con átomos de carbono puros, la malla se reparaba con su forma hexagonal perfecta, pero si se usaba un hidrocarburo, el hoyo se llenaba con formas mas irregulares.
¿Será este el primer paso para crear ropa antipolillas?
Fuente: Wired UK