El Gigante Azul no está del todo feliz con las actuales interfaces PCI Express x1 y x4, conexiones estándares en el mercado de placas madres. Y para desmostrar su molestia, nada mejor que empezar a molestar a la entidad encargada de esta norma para que anuncie una interfaz PCI Express 2.0 x2.
La razón de Intel es simple: PCI Express x1 no ofrece tanto ancho de banda, mucho menos cuando se le colocan controladores SATA 6Gbps y USB 3.0, y una interfaz PCI Express x4 simplemente es demasiado para ellas, lo que limita al resto de periféricos que sí necesitan estas cuatro líneas, o una conexión física. La historia se complica si consideramos que Sugar Bay (Ivy Bridge + Panther Point) ofrecerá x16 líneas PCI Express 3.0 desde el CPU – que seguramente se utilizarán para soluciones multiGPU, a diferencia de lo que ocurre con Sandy Bridge-E – mientras que el chipset se queda con x8 líneas PCI Express 2.0. Con una línea no alcanza mucho, con cuatro líneas individuales el diseño de la placa madre comienza a hacerse caótico, y con dos interfaces de cuatro líneas nos quedamos son una tercera para conectar otras cosas. Dos líneas es la solución para el chipset de Intel.
Como es la usanza en el mercado de tarjetas madres de alto rendimiento, los fabricantes le pondrán controladoras USB 3.0, SATA 6Gbps (para soportar más conexiones) y quién sabe qué otras cosas más. Una interfaz PCI Express x2 le solucionaría (por lo menos algo) la vida a Intel y los fabricantes ya que se así no faltan ni sobran líneas. Recuerden que a mayor número de líneas, mayor es la complejidad del chip que tiene que administrarlas.
Pero todo lo tiene que decidir PCI-SIG, que no tiene planes para una interfaz PCI Express x2. Aunque suena tan simple como “colocar una addenda que mencione las dos líneas” , esto no es algo un estándar que se maneje ad líbitum. Lo interesante aquí es que no es una empresa pequeña con poca participación en el mercado quien lo está pidiendo.
Fuente: VR-Zone