El principal factor para que una noticia o rumor empiece a circular, es la novedad.
Así lo asegura un estudio del MIT, hecho por tres investigadores y publicado en el último número de Science. El articulo contribuye a la creciente tendencia de catalogar a las redes sociales como “toxicas”, que puede verse expresado en diversos articulos como los de pcmag. En esta ocasión, el elemento de estudio fue Twitter.
“Encontramos que las falsedades se difunden significativamente más lejos, rápido, profunda y ampliamente que la verdad en todas las categorías de información”
En los detalles, los especialistas nombran cifras preocupantes en donde, por ejemplo, noticias certeras y verídicas alcanzaban aproximadamente a 1,000 personas en su máxima difusión. En contraparte, el top 1% de tweets transmitiendo falsas noticias, normalmente tienen un alcance de entre 1,000 y 100,000 personas. Las noticias con más rápida viralidad, son notoriamente las relacionadas a política, claro que esto dependerá del contexto sociocultural de donde se toma la muestra.
Otro dato interesante, es que las noticias y rumores falsos circulan de manera muy prolífica independientemente de la cantidad de seguidores que tenga la cuenta que los inicia. En parte del estudio se demostró como las cuentas con menos personas siguiéndolos, alcanzaron cifras muy altas de retweets en rumores y comentarios infundados, además de información no corroborable y mentiras, en comparación de personas reconocidas que comparten noticias reales, basadas en fundamentos comprobables.
“cuando estimamos un modelo de posibilidad de retweeteo, encontramos que las falsedades tienen un 70% más de chance de ser retweeteadas que la verdad”
Para el estudio, se tomaron en cuenta los bots y se usaron algoritmos de computadora para determinar que cuentas eran falsas dentro de sus datos. La información generada concluía que, independientemente de la cantidad de bots o su alcance, el resultado era el mismo, por lo que los investigadores explican que el comportamiento humano es lo que más contribuye a esta tendencia de desinformación en redes sociales, muy por arriba de lo que un robot logra.
El estudio fue aceptado por Twitter y los investigadores recibieron soporte de parte de la empresa. Esto da un aire de confianza y nos deja ver que, en cierta forma, tienen intenciones de mejorar la calidad de su servicio, además de la información que distribuyen.
CEO de Twitter Jack Dorsey: “Hallazgos importantes en la investigación nos ayudara a mejorar nuestro trabajo”
Si bien las redes sociales tienen cierto potencial para la comunicación y diversas utilidades, la realidad demuestra que la naturaleza humana tiene la tendencia de desviarse hacia el sensacionalismo y la desinformación.
Qué nos queda pensar
Es costumbre tomar como palabra santa lo que se lee por esos lares, sin importar que no tengan fuente, o que el texto sea una simple imagen o “meme”.
Como muchos de los problemas que nos aquejan, este puede ser solucionado con una mejor educación, en donde tengamos usuarios capaces de dudar de la veracidad de lo que está leyendo/escuchando, que tengan suficiente curiosidad para ver la fuente, corroborar quien lo escribe y que tanta autoridad tiene esa persona o entidad para brindar la “información” que está publicando.
Tenemos que aprender a reconocer cuáles son las fuentes de desinformación, remarcarlas, tacharlas y discriminarlas. Aprender cuando un medio utiliza verdades parciales, en donde toman datos de la realidad y distorsionan el contenido a voluntad para tener un cierto aire de verdad o certeza. Algunos incluso se toman el trabajo de crear contenido web o blogs con estos artículos, para que cuando un usuario semi-curioso indague algo que encontró en su red social favorita, tenga un link al cual acceder, que le diga que lo que está leyendo es lo «correcto».
Al fin y al cabo, el problema somos nosotros, y la solución, también.