Hace unos días aparecieron en internet las misteriosas formas halladas en el desierto al oeste de China incluyen kilómetros de cinta reflectora, bloques de cuadrados plateados, círculos concéntricos de cientos de metros y redes de líneas enredadas. Estas estructuras se encuentran en Dunhuang, en la provincia de Gansu en China, un área cercana al límite con Mongolia. El lugar está a unos 150 kilómetros de Jiuquan, donde se encuentra el centro de operaciones del programa espacial chino, lo que fue visto como otra explicación del extraño fenómeno.
Los primeros en buscar una aclaración fueron los científicos del Centro de Vuelo Espacial de Marte de la Universidad Estatal de Arizona, quienes afirmaron que se trata de «instalaciones creadas por el gobierno chino para calibrar sus satélites espías». Según el diario español ABC, que recoge información de la web LiveScience, los satélites chinos apuntan a las redes, que miden dos kilómetros de ancho por uno de largo, y las usan para orientarse en el espacio.
Además, dichas líneas blancas están hechas con pintura y, de acuerdo con los científicos, los objetivos de calibración son tan grandes que se puede presumir que «las cámaras tienen una resolución bastante pobre». La hipótesis fue confirmada por Jonathan Hill, un investigador del centro de la Universidad de Arizona que opera muchas de las cámaras utilizadas en las misiones de la NASA en Marte. El técnico trabaja con imágenes de la superficie marciana tomadas por los rovers y los satélites.
Explicó, según informa Fox News, que las rejillas de líneas blancas en zigzag son los objetivos de calibración de satélites espía. Las cámaras se centran en las redes -que miden aproximadamente 0,65 kilómetros de ancho por 1,15 kilómetros de largo- y se orientan. La existencia de estos patrones de calibración puede parecer reveladora, pero Hill aseguró que no lo es. China es conocida por operar satélites espías y muchos otros países, incluyendo los Estados Unidos, también lo hacen.
«Un ejemplo que encontré en este momento es un objetivo de calibración para los estadounidense Corona, construidos en la década de 1960, en Casa Grande, Arizona», señaló.
Fuente: Infobae
Que ganas de gastar semejante cantidad de dinero, recursos y romper la mitad de las sierras para calibrar un satelite, esto lo puede hacer solamente el ser humano demente.