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Dan Katcher y sus dragones sobrevolaron Da Vinci

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Por primera vez, Wacom academy llegó a la Argentina, y lo hizo junto a Dan Katcher, el diseñador de los dragones de Game of Thrones: en el colmado auditorio de Da Vinci, el artista norteamericano repasó su trayectoria y la combinación de factores que lo llevaron a una de las series más exitosas de la historia.

«Mi carrera empezó por mi amor a los dinosaurios», aseguró Katcher sobre el inicio. Y aclaró: “Mi padre, científico, me llevaba siempre al Museo de Historia Natural de Nueva York. Tanto él como mi madre, que era maestra de ciencias y dibujante, me inculcaron el amor por las cosas naturales en medio de un barrio violento como el Bronx. Por ello, pude combinar arte y ciencia en mis trabajos”.

El artista indicó que, más allá de la vida escolar y universitaria, ya sabía lo que quería hacer. En este sentido, empezó a inspirarse por medio de películas como Fantasía (1940) y el arte del juego de rol Dungeons and Dragons. “Aunque nunca me imaginé llegar a Hollywood”, reconoció.

Sus ganas se desquitaron, en primer lugar, con algunos cómics. Luego, cursó estudios en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York y se unió a su Liga de Estudiantes. Y, entonces, llegaron las primeras bestias: “Empecé a trabajar con figuras en la empresa McFarlane Toys y pude sugerir una línea de dragones. Pero no me dejaron ponerles mi firma”, recordó.

Katcher explicó que su carrera había estado en un “punto muerto”, y que el quiebre aconteció a partir de la recomendación de un amigo. “Me entrené por un año y miedo con el software ZBrush 3.0. Me cambió y me enseñó a cambiar”, afirmó, para luego señalar que su nuevo conocimiento fue de la mano con la entrada del cine al “mundo digital”.

Entonces, sobrevinieron producciones como la serie Terra Nova (2011), de la cual logró mejorar los diseños. Aquel proyecto no duró mucho, pero enseguida consiguió empleo en una nueva saga, Game of Thrones. “Le pude mostrar todo mi trabajo anterior, incluyendo algunos modelos digitales de dragones. Le gustaron y empecé”, rememoró.

El conferencista elogió la progresión de la serie, que mostró desde un dragón bebé hasta los tres que le valieron el reconocimiento internacional. No fue la única filmación en tenerlo a cargo de modelos digitales: The Amazing Spider-Man(2012), Green Lantern (2011), The Hunger Games (2012), Hugo (2011) y las series Legends of Tomorrow y Supergirl, entre otras, contienen su obra.

¿Qué hace bueno a mí trabajo? Los huesos que identifican al cuerpo. Cuando pienso en una criatura, pienso en su esqueleto. Por supuesto, hay mucho trabajo más allá del mío. Hay más detalles cada temporada que me ponen a prueba”, explicó. Y agregó: “La furia de esos dragones representan los fracasos y rechazos que sufrí”.

Katcher tuvo tiempo de apuntar que cada escultura es “una colección de dibujos”, en tanto reveló que la “carne” los “músculos” eran el foco principal de su labor diaria. En este marco, ofreció un video a modo de speed art, donde se vio la construcción de un dragón desde cero. “Quiero hacer algo vivo, no solo estatuas. Para ello, diseño en función de lo que mi monstruo va a hacer. Si vemos un auto de fórmula uno, sabemos que va rápido antes de que se encienda”, ejemplificó.

Ante las preguntas del público, Katcher reiteró el mensaje de no estar “cómodos”, sino en una lucha constante donde prime el trabajo, la inteligencia y el estudio de ramas como la fisiología y la anatomía. Además, mencionó que esculpir de la forma tradicional vale la pena “porque ayuda a entender el espacio físico en 3D”. “El estilo no es más que una colección de todos nuestros errores cuando intentamos copiar la perfección de la naturaleza. Si uno es bueno, se va a notar”, respondió a otra consulta.

No faltaron las recomendaciones de libros ni citas de personalidades. De esta manera, por la charla desfilaron desde Platón hasta Miguel Ángel, pero el punto clave se lo llevó una frase del Libro del Samurai, escrito por Yamamoto Tsunetomo en el siglo XVIII: “Diez hombres o más no pueden matar a un hombre desesperado. El sentido común no logra grandes cosas. Simplemente hay que volverse loco y desesperado”.

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