Por Adrián Lasso, vicepresidente de Baufest. Emprender es una actividad donde el entusiasmo es uno de los principales motores para dedicarle tiempo y esfuerzo a la iniciativa. Pero las personas elegimos con el corazón y justificamos con la razón y esa pasión muchas veces hace tomar decisiones que no mejoran las oportunidades de un emprendimiento. Como parte de la experiencia capitalizada como emprendedor y como miembro del comité selector del concurso para emprendedores, CITES Startups, del Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social del Grupo SanCor Seguros, aprendí muchas lecciones que quisiera compartir con quienes están en una fase inicial de un proyecto y, principalmente, con los emprendimientos que tienen una base tecnológica o donde las tecnologías de la información son un soporte fundamental. Uno de los síntomas más comunes que se observa en los emprendedores tecnológicos es el excesivo foco puesto en el producto o servicio a comercializar y el escaso o nulo dedicado a definir correctamente el segmento de mercado, los clientes, los canales de distribución y la propuesta de valor. Para solucionar estas falencias es fundamental entender, investigar y definir las necesidades o deseos que se están satisfaciendo y a qué segmento de mercado se apunta. Luego, habrá que seguir indagando sobre el impacto que va a producir en el cliente, qué valor generado se le ofrece y, sobre todo, si está dispuesto a pagar. Todos estos aspectos comerciales son fundamentales para que alguien utilice o compre un producto o servicio. En los proyectos tecnológicos muchas veces existe una confusión entre usuario y cliente. Por este motivo hay que tener en cuenta que quien usa el producto o servicio es distinto de quien va a ser fuente de ingresos. En este caso es muy importante generar una propuesta de valor para cada uno de ellos. Una frase de Dwight David Eisenhower afirma que “la planificación lo es todo, el plan es nada”. En un emprendimiento tecnológico estamos lidiando constantemente con la incertidumbre y para alcanzar el éxito es fundamental definir una arquitectura tecnológica que soporte el negocio y que sea lo suficientemente flexible para acompañar al emprendimiento en sus distintas fases. Sin embargo, el esfuerzo dedicado a esta estrategia debe estar focalizado en marcar un rumbo y definir los aspectos estructurales. La experiencia en este tipo de proyectos es clave para encontrar el balance necesario. Otra de las situaciones que se encuentran en las incubadoras de emprendimientos es la dificultad que tienen los emprendedores en valorar los aportes intangibles de las aceleradoras, principalmente en las instancias de mentoreo. En tecnología y en especial si el desarrollo de producto tiene un componente importante de software, la barrera de entrada es bastante baja y el emprendedor tiende a sobrevalorar el producto sin darse cuenta que el desarrollo del negocio es mucho más que eso. En este contexto, el mentoreo se traduce en una visión desprejuiciada del proyecto, en las herramientas para mejorar su posibilidad de éxito y su implementación como negocio. Su valor es fundamental y no debe ser menospreciado. Finalmente, hay que tener en cuenta que los emprendimientos son un organismo vivo donde lo principal son las personas que lo componen y, en particular, la visión, energía y actitud de sus emprendedores.
Acerca de Baufest
Empresa internacional de origen argentino proveedora de servicios y soluciones de IT, Baufest cuenta con seis oficinas distribuidas en Argentina, México, Estados Unidos y España. Con más de 20 años de trayectoria y una estructura de más de 300 empleados, acumula más de 1.000 proyectos innovadores de soluciones de negocio para más de 200 empresas líderes en 50 países. Baufest es una de las cinco empresas de desarrollo de software con mayor facturación en Argentina de acuerdo al informe de mercado que elabora IDC, es considerada por sexto año consecutivo una de las mejores empresas para trabajar en el país por el Great Place to Work Institute, es reconocida como uno de los proveedores de servicios de IT con mejor imagen, según el ranking de la revista Information Technology, y fue distinguida por la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos de Argentina (CESSI) y la Fundación Sadosky con el premio Sadosky a la Trayectoria Empresaria 2011. Además, en julio de 2013 recibió la calificación Investment Grade otorgada por la agencia de riesgos Standard & Poor’s, un reconocimiento que coronó dos décadas de dedicación y trabajo intenso.