La R7 260X se encuentra compuesta por el GPU Bonaire con proceso de fabricación de 28 nm, 896 Shading Units, 56 TMUs, 16 ROPs y 14 Compute Units. Ofrece compatibilidad con DirectX 11.2, OpenGL 4.4, OpenCL 1.2 y Shader Model 5.0.
Las memorias GDDR5 (de marca Hynix) trabajan a 1750 MHz con un ancho de 128-bit.
Dadas sus características tenemos a una tarjeta gráfica con la suficiente potencia para jugar en 1080p en la mayoría de los juegos con detalles que dependerán de cada título pero que nos asegura una jugabilidad decente. Veremos a continuación su desempeño tanto en pruebas sintéticas como en juegos para sacar una mejor conclusión al respecto.
Pruebas de rendimiento
Comenzamos con el clásico 3DMark en su última edición compatible con DX11; en esta ocasión la R7 260X manifiesta un comportamiento contundente al pelear a la par con la GTX 750 Ti superando ligeramente los 4000 puntos. La GTX 650 Ti Boost, otra de las tarjetas que compite, se encuentra relegada más atrás dado que apenas supera los 3700 puntos.
En la edición del 2011, el resultado de la R7 260X sale disparado ya que arroja más de 6700 puntos. Indudablemente dicha placa de video propone en este tipo de situaciones un rendimiento sobresaliente donde el aumento de velocidades en relación al modelo estándar tiene un claro efecto aunque la arquitectura de AMD tiene mucha influencia con su cantidad de shaders unificados.
Ahora llega el turno de analizar el Unigine, una aplicación gráfica bastante demandante que hace uso completo del GPU y memorias. En est caso la R7 260X de ASUS se comporta similar a la Radeon HD 7790 que se supone viene a reemplazar. Aquí no tiene nada que hacer frente a la solución insignia de NVIDIA, su GTX 750 Ti.
Si aplicamos filtros, como el suavizado de líneas, la penalidad no es tan severa comparado con la competencia. En esta situación debo decir que la tarjeta de ASUS realiza un correcto trabajo.
Continuamos con la versión Valley del Unigine empleando también la resolución de 1920 x 1080 donde la R7 260X supera por poco a la GTX 650 Ti mientras que la GTX 750 Ti y la GTX 650 Ti Boost se despegan con un colchón de 10 fps.
Nuevamente con antialiasing la R7 260X se comporta apropiadamente sin disminuir demasiado su rendimiento confirmando que se trata de una opción de fuerte calibre superando a su antecesora, la HD 7790.