De Angry Birds se podrán discutir muchas cosas, pero hay algo de lo que prácticamente no se puede decir nada: el juego ha sido todo un éxito. Desde su lanzamiento en el 2009, aparte de las innumerables versiones que salen cada cinco nueve minutos, hay una campaña de merchandising que tiene al juego de los pajaritos en boca de todo mundo que tenga un teléfono con prestaciones competentes. O un PC. O una PS3.
Y lo otro que está claro es que en Rovio tienen motivos para sacar pecho, ya que hasta el momento van 350 millones de descargas del juego sumando todas sus plataformas. Y si se trata de minutos jugados, tampoco se quedan atrás, ya que en conjunto van más de 300 millones de minutos.
Pero si algún mérito tiene Rovio -aparte de crear el juego- es haber sabido posicionar la marca de la forma que lo ha hecho, sacando un puñado de subproductos que son literalmente grito y plata. Principalmente los peluches y las poleras de Angry Birds, que se cuentan por millones de unidades de cada tipo vendidas cada mes. Uf.
Por supuesto que la franquicia es un no parar, con más versiones del juego anunciadas y seguramente más artículos de merchandising. Obviamente, hasta que el impulso se agote y ya no se venda tanto, momento en el cual seguramente todos quieren ver la forma en que en Rovio reaccionan. Y que decir de cuando anuncien otro juego que no sea Angry Birds… aunque quien sabe si de aquí hacia adelante solo viven de los réditos de los petirrojos.
Fuente: Techcrunch
