La implementación del software anti-trampas Vanguard en League of Legends, que incluye el requisito de TPM 2.0, ha generado un intenso debate en la comunidad gamer. Riot Games introdujo Vanguard en respuesta a un incidente de piratería a principios de 2023, con el objetivo de combatir el fraude y mantener un campo de juego equitativo. A pesar de algunos desafíos iniciales, como el error VAN9001 y los informes de que Vanguard causaba problemas en algunas computadoras, Riot enfatizó la necesidad de estas medidas para garantizar un entorno competitivo saludable.
El requisito de TPM 2.0, aunque controvertido, es crucial para la seguridad y la equidad en el juego. La decisión de Riot de hacer cumplir esto, a diferencia de la permisividad de Microsoft al permitir bypass durante las actualizaciones de Windows 11, refleja su compromiso con la integridad dentro del juego. La implementación de Vanguard ha enfrentado críticas, con preocupaciones sobre el alto uso de la CPU. También sobre el posible comportamiento de spyware e incluso acusaciones de tomar capturas de pantalla. Sin embargo, Riot aclaró que el propósito de Vanguard no es recopilar información adicional, sino confirmar un entorno de juego seguro y confiable. La idea es reducir la necesidad de una extensa recopilación de datos y disuadiendo efectivamente a los tramposos.
Riot abordó los problemas de hardware tras el lanzamiento de Vanguard, asegurando a los jugadores que no daña el hardware y que los problemas reportados fueron mínimos, siendo la mayoría fácilmente resueltos. La empresa destacó que solo un pequeño porcentaje de jugadores encontraron problemas. Enfatizó el éxito de Vanguard en la reducción de cuentas de bots y en mejorar la seguridad dentro del juego.
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