Desarrollado por Slipgate Ironworks junto a 2B Games, Tempest Rising busca recuperar el trono perdido de los RTS clásicos con una propuesta moderna que homenajea directamente a títulos como Command & Conquer y Red Alert. Con el respaldo editorial de 3D Realms y Knights Peak, este título combina estrategia y combates de alto voltaje en un paquete atractivo. ¿Lo logra? Vamos a desglosarlo.
En esencia, Tempest Rising respeta los pilares fundacionales del género: recolección de recursos, construcción de bases, expansión territorial y gestión táctica de unidades en tiempo real. Desde los primeros minutos se nota su inspiración noventera, pero lejos de quedarse en la nostalgia, introduce ajustes que lo hacen sentir actual. La curva de aprendizaje es amigable para gente veterana (como yo), pero también accesible para nuevos gamers gracias a una interfaz clara y controles refinados.
El ritmo de las partidas es dinámico, con decisiones tácticas constantes. Las batallas pueden escalar rápidamente, lo que exige no solo una buena planificación sino también reflejos estratégicos. Se premia el reconocimiento del terreno, el control de zonas clave y la inteligencia situacional más que la simple acumulación de unidades.

Campaña de Tempest Rising
La campaña ofrece 11 misiones por facción jugable, una duración más que decente para un RTS moderno. Las misiones están interconectadas por escenas interactivas que reemplazan los clásicos briefings planos por diálogos con elecciones. La historia plantea un conflicto entre el Global Defense Force (GDF) y la Tempest Dynasty, con la misteriosa tercera facción Veti como pieza clave del trasfondo.
Si bien el hilo argumental tiene momentos interesantes, todavía deja dudas sobre su profundidad a largo plazo. La historia cumple con dar contexto a las misiones, pero no termina de despegar emocionalmente. Aun así, es un paso adelante respecto a otros títulos del género que ignoran por completo la narrativa.


Facciones de Tempest Rising
Uno de los grandes aciertos de Tempest Rising está en su diseño de facciones. La GDF es ideal para quienes priorizan el control del mapa y el uso táctico de información. Sus drones de reconocimiento y la recolección de «Intel» permiten obtener ventajas como buffs o zonas de expansión más seguras. Por otro lado, la Tempest Dynasty arranca rápido con vehículos de combate y construcciones modulares que se adaptan al desarrollo de la partida.
La presencia de los Veti en el lore, aunque no jugables, agrega una intriga constante. Sería interesante verlos como facción desbloqueable en futuras actualizaciones o DLCs.


Modos de juego: Clásicos y competitivos
Además de la campaña, Tempest Rising incluye modos de escaramuza contra IA, con tres niveles de dificultad, y partidas multijugador. Los mapas disponibles, como Altitude, Overgrown Oasis o Alps, permiten partidas tanto 1v1 como 2v2, lo que extiende la rejugabilidad.
El sistema de emparejamiento es ágil, y permite personalizar las reglas para quienes buscan experiencias más casuales o desafiantes.

Gráficos de Tempest Rising
El juego corre sobre Unreal Engine, lo que se traduce en entornos gráficos muy logrados. Desde desiertos con pirámides hasta paisajes nevados, hay una buena variedad de biomas y efectos climáticos dinámicos como tormentas de arena o nieve. Las bases y estructuras tienen personalidad, y el terreno influye en la estrategia.
El punto flojo son algunas unidades, que carecen del nivel de detalle que sí tienen los entornos. Si bien no afecta la jugabilidad, se nota un contraste en la calidad visual entre el campo de batalla y los elementos móviles.
Sonido: Metal pesado y explosiones
El apartado sonoro destaca con una banda sonora de estilo heavy metal que acompaña perfectamente el ritmo de las batallas. Las explosiones, disparos y efectos mecánicos tienen buen diseño, transmitiendo intensidad sin lograr saturarte. No es revolucionario, pero cumple con creces y ayuda a mantener la tensión en cada encuentro.

Más allá del homenaje
Lo que diferencia a Tempest Rising de ser simplemente un clon nostálgico son pequeños detalles modernos bien integrados:
- Cutscenes interactivas con elecciones que enriquecen la campaña.
- Controles suaves, agrupamiento rápido y personalización del HUD.
- Compatibilidad fluida con teclado y ratón, sin la rigidez de otros RTS recientes.
Estas decisiones suman calidad de vida y muestran que el equipo desarrollador conoce tanto el legado del género como las exigencias actuales.
Conclusión
Tempest Rising es una grata sorpresa para el amante de la estrategia. No intenta reinventar el género, pero lo revitaliza con respeto y precisión. Propone una experiencia sólida, balanceada entre nostalgia y actualidad. Las facciones están bien diseñadas, los mapas invitan a la experimentación, y su presentación audiovisual lo hace destacar. Aunque aún tiene margen para crecer, especialmente en el nivel de detalle de unidades y profundidad en la historia, su base es lo suficientemente sólida como para entusiasmar a cualquier fan del RTS.
Agradecemos a 3D Realms por facilitarnos un código para su reseña.

Lo Bueno
- Gameplay clásico y sólido que evoca lo mejor de Command & Conquer.
- Facciones bien diferenciadas con mecánicas únicas y estrategias variadas.
- Ambientación y entornos.
- Escenas interactivas con decisiones.
- Banda sonora potente que intensifica la acción sin volverse intrusiva.
- Buena rejugabilidad gracias a modos escaramuza, campaña y multijugador.
Lo Malo
- Modelos de unidades con poco detalle comparado al nivel del entorno.
- Historia aún limitada, sin giros impactantes ni desarrollo profundo de personajes.
- Falta una tercera facción jugable para ampliar aún más las estrategias.