La saga Into the Dead da un paso audaz hacia nuevos horizontes con Our Darkest Days, una entrega que deja atrás la acción directa para sumergirse de lleno en una experiencia de supervivencia pausada, intensa y cargada de decisiones críticas. Desarrollado por el estudio neozelandés PikPok, este nuevo título, aún en fase de Early Access, sorprende por su enfoque narrativo, sus mecánicas únicas y su ambientación opresiva ambientada en los años 80.

El juego se sitúa en Texas, en pleno brote zombi durante un verano caluroso en la década del 80. La ciudad está colapsada: sin electricidad estable, con recursos cada vez más escasos y en medio de una decadencia social que se percibe en cada rincón. No hay héroes, no hay rescates a la vista. El objetivo es claro: liderar a un grupo de sobrevivientes hacia una posible zona segura más allá de los límites urbanos.
Este contexto no es solo decorativo. Condiciona cada mecánica, cada riesgo y cada decisión que debemos tomar. Al ambientarse en una época sin tecnología moderna, nos obliga a depender únicamente de recursos básicos, habilidades humanas y la observación del entorno.

Una jugabilidad centrada en la supervivencia real
En lugar de ofrecer tiroteos masivos o poderes especiales, Our Darkest Days apuesta por la crudeza de la supervivencia cotidiana. Aquí cada elemento tiene un propósito: cada alimento, cada herramienta, cada momento de descanso.


El sistema de combate en Into the Dead: Our Darkest Days se centra principalmente en armas cuerpo a cuerpo, como tijeras, cuchillos, hachas o rastrillos. Estas herramientas, aunque útiles, tienden a ser frágiles y se desgastan rápidamente tras varios enfrentamientos, especialmente contra zombis. Para compensar esta limitación, se permite fabricar y mejorar armas utilizando materiales como madera, metal y componentes eléctricos. A través de bancos de trabajo, es posible crear versiones más resistentes, aunque el ruido generado al usarlas puede atraer enemigos no deseados. Por eso, la discreción y el uso inteligente del entorno —como cerrar puertas para bloquear el paso— resultan esenciales para sobrevivir.
Los zombis en Our Darkest Days representan una amenaza constante, con un comportamiento impulsado por el sonido. Esto obliga a planificar cada movimiento con cuidado y utilizar estrategias de sigilo o confinamiento para reducir riesgos.

Gestión del grupo y sus necesidades en Our Darkest Days
El núcleo jugable gira en torno a la gestión de un grupo de personas comunes: sus estados de ánimo, salud física, hambre, cansancio y moral. Cada personaje tiene habilidades y debilidades únicas que afectan la dinámica del equipo.
Por ejemplo, una enfermera podrá curar más rápido, mientras que un exmilitar podrá cargar más peso o moverse en sigilo. Ignorar las necesidades básicas, como el sueño o la comida, genera consecuencias directas, desde el colapso físico hasta la pérdida de control emocional.
Exploración estratégica y sigilosa en Our Darkest Days
La exploración se divide en expediciones diurnas y nocturnas. Durante el día, el peligro es menor pero las recompensas escasean. Por la noche, todo se intensifica: mayor amenaza, mejores hallazgos, y la constante tensión de no saber si regresarás.
El sigilo es fundamental. No se trata de eliminar enemigos masivamente, sino de evitarlos, escabullirse y aprovechar el entorno. Un simple ruido puede atraer una horda y arruinar una misión entera. La inteligencia artificial responde de forma impredecible y natural, lo cual obliga a improvisar constantemente.


Muerte permanente y consecuencias reales
Cada decisión cuenta, y la muerte es permanente. Si un miembro del equipo muere, no hay vuelta atrás. Si todos mueren, se reinicia el juego con un nuevo grupo y un entorno reconfigurado. Esta lógica de tipo roguelike refuerza el peso emocional de cada acción: cada salida del refugio puede ser la última.
Our Darkest Days: Un sistema de crafting que respeta la lógica de lo real
La fabricación de objetos y herramientas se basa en un sistema sencillo, pero profundamente ligado a la lógica contextual. Con clavos, madera y tela podés construir barricadas, reparar puertas o improvisar armas. Pero los materiales son limitados y cada construcción implica renunciar a otra opción.
Por ejemplo, usar un metal para mejorar una puerta puede dejarte sin componentes para un botiquín. Además, los personajes con habilidades específicas (como carpinteros o mecánicos) pueden reducir el costo de construcción o mejorar la durabilidad de los objetos.
Este sistema obliga a priorizar constantemente, y genera un ciclo natural de toma de decisiones que mantiene la tensión incluso dentro del refugio.

Apartado gráfico de Our Darkest Days
Into the Dead: Our Darkest Days presenta una estética 2.5D, con una cámara lateral que permite explorar edificios y calles con gran detalle. A pesar de su estilo retro, el juego logra transmitir una atmósfera moderna y angustiante. Los interiores están cuidadosamente diseñados para contar pequeñas historias sin palabras: una radio encendida, platos sucios, habitaciones saqueadas o fotografías rotas nos dicen todo lo que necesitamos saber del mundo que se desmoronó.
La iluminación cumple un rol protagónico. Al anochecer, la visibilidad disminuye y se vuelve imprescindible usar linternas o focos móviles. Las sombras no solo generan un efecto visual atractivo, sino que también ocultan amenazas reales. En plataformas como Steam Deck, se han reportado algunas inconsistencias con las sombras dinámicas, pero el rendimiento general es sólido.


Sonido ambiental: el terror está en lo que no se escucha
Uno de los puntos más fuertes del juego es su diseño sonoro. En lugar de apoyarse en una banda sonora constante, el juego opta por el silencio interrumpido por ruidos clave: pasos, respiraciones, el crujido de una madera, el gemido lejano de un zombi. Este enfoque potencia la inmersión y convierte el audio en una herramienta de supervivencia más.
En los momentos de mayor tensión, los efectos aumentan gradualmente hasta construir un clímax sin necesidad de subrayarlo con música. Usar auriculares no solo mejora la experiencia, sino que es casi indispensable para tomar decisiones rápidas basadas en el entorno.
Early Access con rumbo claro
Pese a estar en acceso anticipado, Our Darkest Days ya muestra un diseño coherente, un núcleo jugable robusto y un equilibrio notable entre narrativa, mecánicas y ambientación. Se nota que PikPok tiene una hoja de ruta definida y un compromiso con la comunidad: el feedback ya está siendo incorporado en ajustes y mejoras continuas.
Los desarrolladores han confirmado que en las próximas actualizaciones se incluirán nuevas rutas, personajes, eventos aleatorios y opciones de personalización para el refugio. Además, se planea un modo historia más estructurado para quienes busquen una progresión narrativa más lineal.
Conclusión: una visión madura del apocalipsis zombi
Into the Dead: Our Darkest Days es una grata sorpresa dentro de un género que suele repetirse. En lugar de apoyarse en clichés o en la espectacularidad del combate, el juego propone una experiencia más humana, más tensa, más realista. Sobrevivir no se trata de disparar más rápido, sino de tomar mejores decisiones bajo presión.
Es una propuesta ideal para quienes disfrutan del género survival, pero también para quienes buscan una historia emergente que nace de cada partida. En un panorama saturado de zombis genéricos, este título logra destacarse con identidad propia.
Recomendado para quienes valoran la estrategia, la inmersión y el peso real de cada elección.

Lo Bueno
- Jugabilidad única basada en sigilo y supervivencia estratégica.
- Experiencia íntima en 2D que favorece la tensión y la planificación.
- Gestión de recursos como comida, agua y materiales.
- Cada sobreviviente tiene habilidades y necesidades únicas.
- Excelente ambientación con buen uso de iluminación y gráficos.
Lo Malo
- Rejugabilidad limitada sin más elementos roguelike.
- Tutorial poco claro y explicativo.