El silencioso pero omnipresente amigo de cada usuario de Windows, el Administrador de Tareas, tendrá un gran cambio en la octava versión del sistema operativo de Microsoft. Un total lavado de cara que dará más gusto usar y mucho más informativo.
Desde Windows NT 4.0 que el Administrador de Tareas, o Task Manager para los gringoparlantes, no había tenido una actualización mayor. En Windows 8 este programa tendrá la gracia de ser más amigable, más al grano, y más informativo.
Está divido en dos vistas: la simple, que permite cerrar aplicaciones con sólo un par de clicks, y la avanzada, que muestra información detallada de todo lo que está pasando en el equipo. El “Heat Map” en la vista avanzada permite ver las aplicaciones que están consumiendo los cuatro distintos tipos de recursos del equipo (CPU, RAM, Disco y Red) además del total. Es relativamente fácil notar cualquier aplicación, proceso en segundo plano y servicio usando toneladas de recursos de CPU, o ver el negativo estado de ellas.
Además, es mucho más fácil a la hora de mostrar qué está corriendo en el equipo. Las aplicaciones son mostradas con su nombre, los procesos en segundo plano de igual forma, y por primera vez, lo Servicios de Windows también son incluidos con un nombre amigable. Nada de andar cerrando el fussvc.exe porque tiene nombre de virus ruso o pensaste que el sitio porno te coló algo.
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Y ojo, es sólo la primera pestaña del Administrador de Tareas. Las otras de Rendimiento, Historial de Aplicaciones, Inicio, Usuarios, Detalles y Servicios también deberían tener su respectivos lavados de cara para mejorar su uso.
Aquellos que usan taskkill los invito cordialmente a salir de su casa más seguido.
Fuente: Building Windows