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Death Stranding 2: On the Beach | REVIEW

Resumen

Death Stranding 2: On the Beach es una secuela ambiciosa y refinada que amplía la visión original de Hideo Kojima con mejoras gráficas sustanciales, un sistema de combate más dinámico, una historia emocional y una exploración más fluida. Aunque su estilo único sigue sin ser para todos, se posiciona como una de las experiencias más destacadas, originales y técnicamente logradas de la actual generación de videojuegos.

Death Stranding 2: On the Beach representa una evolución significativa de la propuesta de Hideo Kojima, expandiendo los pilares temáticos de la entrega original: la conexión humana, el sacrificio y la exploración metafísica. El título se desarrolla en un vasto mundo abierto, presentando paisajes visualmente detallados y variados, inspirados principalmente en México y Australia. Esta secuela busca ofrecer una narrativa más dinámica y accesible, complementada por Corpus, un nuevo sistema de lore interactivo diseñado para facilitar la inmersión del jugador en su compleja trama. Te contamos más en esta reseña para Playstation 5.

Mundo y ambientación de Death Stranding 2: On the Beach

En Death Stranding 2: On the Beach, Hideo Kojima amplía radicalmente la escala y diversidad de su universo post-apocalíptico. A diferencia del primer título, centrado en una América rural devastada, esta secuela nos transporta hasta las áridas fronteras de México y más adelante a los parajes extremos de Australia. Este cambio no es solo geográfico: cada región cuenta con su propia identidad visual, ambiental y cultural, que influye directamente en la exploración y la narrativa.

México, con sus extensos desiertos y pueblos semiderruidos, introduce una paleta de colores cálida pero opresiva; las tormentas de polvo —más impredecibles que las lluvias de “Timefall” del original— amenazan constantemente la supervivencia. Las estructuras de adobe y los vestigios coloniales contrastan con las ruinas modernas, creando un paisaje que rebosa historia, sufrimiento y misterio. Luego Australia, con sus cañones rocosos, costas salobres y extensas planicies, amplía el sentido de la aventura. Aquí, Kojima despliega una riqueza ambiental que no solo aprovecha motores gráficos más avanzados, sino que también explora temáticas nuevas: la soledad, el aislamiento cultural y la conexión entre civilizaciones post-coloniales.

Death Stranding 2: On the Beach representa una evolución significativa de la propuesta de Hideo Kojima

Este mundo globalizado redefine la travesía de Sam como una odisea internacional. No se trata solo de reconectar nodos de la red: cada territorio está habitado por personajes, facciones y amenazas propias. La tecnología Chiral se convierte en hilo conductor, pero el viaje tiene nota humana: pueblos, sectas y ministerios locales añaden capas narrativas que enriquecen la experiencia. Así, los entornos no son escenarios pasivos, sino protagonistas que influyen tanto en mecánicas de juego como en el pulso emocional que tengas.

Historia

En esta segunda entrega profundiza en los pilares temáticos del original como es la conexión, aislamiento, pérdida. No obstante, lo hace con una madurez narrativa más orgánica y accesible. Kojima Productions ha aprendido de las críticas al primer juego, y el resultado es una historia que mantiene su ambición simbólica sin perder al jugador en la densidad de su mitología. El hilo conductor es más claro: Sam Porter Bridges, ya retirado y viviendo en paz con su hija Lou, vuelve al ruedo convocado por Fragile, ahora líder de la organización Drawbridge, que busca expandir la Red Quiral a escala global.

Lo interesante es que, a diferencia del juego anterior, aquí la misión no se siente impuesta. Sam no es un mensajero obediente, sino un padre con conflictos internos, presionado por ideales contradictorios y por una historia personal cargada de heridas. Esta dimensión emocional —acentuada por sus diálogos con Lou y sus tensiones con Fragile— refuerza la empatía del jugador y da cuerpo a una narrativa menos abstracta, más humana.

Personajes en Death Stranding 2: On the Beach

El elenco se amplía con nuevos personajes como Rainey, un especialista en biotecnología con un pasado turbio; Dollman, un operador de drones misterioso y excéntrico; y Tar Man, un líder tribal que opera entre el mito y la ciencia. También aparece Tomorrow, encarnada por Elle Fanning, una figura enigmática que representa tanto la esperanza como la tragedia en el nuevo mundo. Todos estos personajes están no solo bien escritos, sino perfectamente interpretados mediante captura facial de altísima calidad, con microexpresiones y lenguaje corporal que comunican más que mil líneas de diálogo.

Uno de los logros técnicos y narrativos más destacables es el sistema Corpus, una enciclopedia interactiva que recopila eventos, fichas de personajes y explicaciones de términos del universo. Lejos de ser un simple glosario, actúa como una interfaz de conexión constante entre jugador y trama. Esto permite que incluso quienes no jugaron el primer título puedan seguir el desarrollo con comprensión y coherencia, sin sacrificar complejidad argumental.

La narrativa logra algo inusual en los juegos AAA: ser filosófica sin volverse pretenciosa, emocional sin caer en la manipulación barata. La muerte, la paternidad, la memoria genética y la relación entre tecnología y fe se entrelazan en una historia que evoluciona con el propio jugador. Así, Kojima no solo refuerza su reputación como autor de culto, sino que entrega su obra más cohesionada y conmovedora hasta la fecha.

Gameplay de Death Stranding 2: On the Beach

Una de las principales críticas al Death Stranding original fue su ritmo: para muchos jugadores, la experiencia se reducía a una “simulación de mensajería” que sacrificaba acción en favor de exploración. Death Stranding 2: On the Beach no abandona su ADN, pero refina profundamente sus sistemas. Lo que antes era una rutina pesada ahora se transforma en una estructura más ágil, estratégica y, sobre todo, personalizable.

Death Stranding 2: On the Beach caminando

La travesía de Sam por territorios peligrosos —desde la frontera mexicana hasta el corazón de Australia— implica un rediseño completo de mecánicas clave. El sistema de transporte ha sido optimizado: además de vehículos terrestres más robustos y drones de apoyo, ahora es posible construir líneas de monorraíl entre asentamientos. Esto reduce drásticamente el tedio en viajes largos y permite enfocar la experiencia en lo que realmente importa: la toma de decisiones y el descubrimiento.

Combate y progresión

El combate también ha recibido un cambio radical. Lejos de ser una mecánica secundaria, ahora se integra como una parte esencial del juego gracias a un sistema híbrido que recuerda a Metal Gear Solid V. Puedes abordar enfrentamientos de forma sigilosa, agresiva o incluso evitarlos completamente. Hay nuevas herramientas como el Blood Boomerang (un arma de largo alcance que regresa al portador), granadas holográficas para despistar enemigos, bastones electrificados y el impresionante BT Hologram Grenade, que proyecta una ilusión espectral para aterrorizar humanos.

El sistema de progresión ha sido rediseñado en torno a un árbol de habilidades dividido en ramas: combate, sigilo, logística y vínculo social. Cada decisión en estos árboles otorga nuevas formas de jugar. Puedes convertirte en un explorador casi invisible o en un soldado letal, todo sin perder la identidad del juego como experiencia de conexión. Además, el nuevo sistema APAS Enhancement permite reinvertir puntos para redefinir tu estilo sobre la marcha. La flexibilidad, aquí, es clave.

Y otras cositas más…

Los enemigos también han evolucionado. Ya no se trata solo de BTs y bandidos sin rostro. Ahora encontramos facciones con inteligencia artificial avanzada, supervivientes armados que patrullan rutas y nuevas variantes de BTs, como los Watchers, que detectan a Sam por visión directa y fuerzan nuevas estrategias de evasión. Esto convierte cada zona en un puzzle dinámico: hay que leer el entorno, preparar el equipo y decidir cómo enfrentarlo.

En cuanto a los jefes, Kojima ha vuelto a desatar su creatividad. Las peleas con antagonistas como Tar Man, que manipula el alquitrán como si fuese una extensión de su cuerpo, o Dollman, que usa drones para atacar desde el cielo, se sienten como coreografías tácticas: hay momentos para el sigilo, otros para la improvisación violenta, y todos para el asombro visual.

A diferencia del primer juego, el combate ya no es un obstáculo que hay que tolerar, sino un sistema que se disfruta, explora y adapta. El jugador ya no es un simple mensajero: es un estratega, un protector y, cuando hace falta, un guerrero.

Apartado técnico de Death Stranding 2: On the Beach

No solo sobresale por su historia o jugabilidad renovada, sino también por ser una auténtica proeza técnica. El juego funciona sobre una versión evolucionada del motor Decima, desarrollado por Guerrilla Games, y lleva sus capacidades al límite en cada plano: desde las expresiones faciales ultradetalladas hasta la simulación atmosférica dinámica que reacciona al paso del jugador.

Los entornos son impresionantes. La árida y fracturada frontera mexicana está recreada con una paleta terrosa que resalta la desolación, mientras que las regiones australianas ofrecen biomas más diversos: costas rocosas, cañones, desiertos rojizos, y ruinas coloniales envueltas en niebla. Todo está cargado de historia visual. Los detalles ambientales —restos de civilizaciones, arte callejero, chiralium erosionado— cuentan tanto como los diálogos.

El rendimiento técnico está a la altura: en PlayStation 5, el juego corre de forma estable a 60 FPS con resoluciones dinámicas que priorizan fidelidad o rendimiento según el modo elegido. En PC, gracias al soporte de tecnologías como DLSS 3.5 y trazado de rayos, los jugadores pueden experimentar Death Stranding 2 como una película interactiva sin sacrificar fluidez. La optimización es excelente, incluso en sistemas de gama media.

Death Stranding 2: On the Beach combate enemigos con vehiculo

Sonido y la visión inconfundible de Kojima

En el apartado sonoro, la obra sigue la tradición del primer título: Low Roar, Silent Poets y otros artistas independientes regresan con composiciones que elevan cada momento de introspección. Sin embargo, esta secuela también arriesga con nuevos estilos, desde synthwave melancólico hasta cuerdas minimalistas que acompañan a Sam en soledad. Las transiciones entre música ambiental y pistas vocales están perfectamente integradas: llegan en el momento justo, sin forzar la emoción, dejando que la atmósfera la genere por sí sola.

Las actuaciones de voz y capturas faciales están al más alto nivel de la industria. Norman Reedus, Léa Seydoux, Troy Baker, y Elle Fanning ofrecen interpretaciones emocionales, matizadas y sin caer en el dramatismo artificial. Destaca especialmente la química entre Sam y Lou, que ofrece algunos de los momentos más íntimos del juego sin necesidad de largos monólogos.

Por supuesto, estamos hablando de un juego de Hideo Kojima, lo que significa que el surrealismo, el metacomentario y las excentricidades no faltan. Desde cutscenes en las que Higgs se presenta como un samurái glam armado con una guitarra eléctrica, hasta NPCs que rompen la cuarta pared, Kojima sigue jugando con los límites entre videojuego, cine y experimento. Esto no siempre gustará a todos, pero es precisamente lo que convierte a Death Stranding 2 en una obra de autor, irrepetible en forma y fondo.

Finalmente, cabe destacar que el juego cuenta con accesibilidad mejorada: cuatro niveles de dificultad (Historia, Casual, Normal y Brutal), opciones de personalización para subtítulos, filtros visuales y ayudas contextuales. Esto permite que tanto los nuevos jugadores como los veteranos encuentren su ritmo y disfruten sin frustraciones innecesarias.

Conclusión

Death Stranding 2: On the Beach es una secuela que asume riesgos, corrige errores y se reinventa sin traicionar su esencia. Lejos de ser una simple continuación, es una expansión filosófica, emocional y mecánica de todo lo que el primer juego intentó —y a veces no logró— comunicar. Aquí, la conexión no solo es temática: se siente en cada decisión de diseño, en cada paso que damos por un mundo herido, pero aún lleno de esperanza.

Kojima ha creado una obra más accesible, dinámica y estructuralmente ambiciosa, sin renunciar a su estilo narrativo denso ni a sus inquietudes existenciales. La mezcla de géneros, el enfoque en la comunidad, la libertad de afrontar los desafíos a tu manera y la calidad técnica convierten esta entrega en una de las más impactantes y sofisticadas del catálogo contemporáneo.

No es un juego para todos. Sigue siendo introspectivo, extraño, a veces críptico. Pero si conectás con su propuesta, te atrapará como pocos. En tiempos donde muchos títulos optan por lo seguro, Death Stranding 2 insiste en caminar su propio sendero, arriesgado y sublime. Una obra que no solo se juega: se transita, se reflexiona y, sobre todo, se recuerda.

Death Stranding 2: On the Beach en tormenta
  • Gráficos fotorealistas con el motor Decima, que superan ampliamente a la entrega original.
  • Más vehículos, herramientas y enemigos que aportan variedad y frescura a la experiencia.
  • Combate mejorado con acciones más dinámicas y tácticas, con un arsenal ampliado y estrategias versátiles.
  • Flujo más ágil entre acción y cinemáticas, y sistemas que optimizan los envíos y desplazamientos.
  • Trama con mayor carga emocional y nuevos personajes memorables.
  • Clima cambiante, ciclos de día y noche, y eventos naturales que afectan el entorno.
  • Sistema de progresión personalizado.

Lo Malo

  • La gran cantidad de nuevas mecánicas puede abrumar a quienes buscan una experiencia más simple.
  • Pese a mayor claridad, la historia sigue siendo intrincada y no apta para todos los públicos.
Alejandro Dau
Alejandro Dau
Con gran experiencia en el ámbito tecnológico, Licenciado en Informática y amante de los deportes, ocupa la posición de Editor en jefe con una sola idea: brindar a los lectores las mejores noticias y reviews de habla hispana.
Death Stranding 2: On the Beach es una secuela ambiciosa y refinada que amplía la visión original de Hideo Kojima con mejoras gráficas sustanciales, un sistema de combate más dinámico, una historia emocional y una exploración más fluida. Aunque su estilo único sigue sin ser para todos, se posiciona como una de las experiencias más destacadas, originales y técnicamente logradas de la actual generación de videojuegos.Death Stranding 2: On the Beach | REVIEW