Desde Expreview nos llega un review analizando el rendimiento del recientemente lanzado juego Assassin’s Creed Revelations de Ubisoft, del cual veremos su comportamiento en distintas configuraciones que incluyen nada menos que 15 tarjetas de videos basadas en diversos GPUs de AMD y Nvidia.
Para esta comparativa los de Expreview usaron un equipo con la siguiente configuración: microprocesador Intel Core i5-750 overclockeado a 4GHz, tarjeta madre MSI P55-GD65 (chipset Intel P55), 4GB de memoria GSkill DDR3-1600MHz, disco duro Seagate Barracuda 7200.12 500GB, y fuente de alimentación Sama Forza Pro 700W. Las tarjetas de video usadas están basadas en los siguientes GPUs: Nvidia Geforce GT 240, Geforce GTS 450, Geforce GTX 550 Ti, Geforce GTX 460, Geforce GTX 560 Ti, Geforce 570, Geforce 580 3GB, AMD Radeon HD 6570, Radeon HD 6750, Radeon HD 6770, Radeon HD 6790, Radeon HD 6850, Radeon HD 6870, y Radeon HD 6970. El sistema operativo usado fue Windows 7 Ultimate SP1 x64 con los controladores Nvidia Geforce/ION 290.36 Beta y AMD Catalyst 11.11a Hotfix.
El juego parece comportarse muy bien a 1680×1050 con detalles configurados en Ultra y sin AA, donde incluso GPUs como Geforce GTX 550 Ti y Radeon HD 6750 pueden moverlo cómodamente a tasas de FPS mínimos superiores a 30 cuadros por segundo. Las cosas cambian al usar resolución Full-HD 1080P, detalles Ultra y alisado 8X, donde para superar la barrera de los 30 FPS mínimos se requiere de al menos un GPU Nvidia Geforce GTX 560 o Radeon HD 6790.
Por parte del CPU, el juego no parece aprovechar más de 2 núcleos, por lo que cualquier microprocesador de doble núcleo podría moverlo sin inconvenientes.
Fuente: Expreview
