En Diablo III el asunto es muy simple: cualquiera que sea pillado in fraganti usando hacks, pillerías, modificaciones o cualquier otra forma de aprovecharse de vulnerabilidad del juego tiene un sólo destino en Santuario: sentir el banhammer de Blizzard. Así lo hizo saber hoy la compañía, como recuerdo que deben juntar frío.
Como siempre, primero deben pillarte, algo que para Blizzard es deporte, para aplicar el ban. Después de eso no hay segunda oportunidad; no podrás entrar a Battle.net para jugar Diablo III con la cuenta suspendida. El aviso no es claro en si eso significa decirle adiós a la cuenta de forma completa, como le suele pasar a alguien que anduvo metiendo soldador sin permiso en la Internerd, o sólo del juego registrado. Recuerden que en la cuenta Battle.net hay un saldo de por medio, suma de dinero que se arriesga.
Aquellos que sólo están para jugar no deberían preocuparse, pero el resto malulos sí porque la ola de baneos comenzará en “futuro cercano” – probablemente justo para el lanzamiento oficial de la Casa de Subastas con dinero real. También queda advertido el tipo que anda sacando contraseñas con virus para robar cuentas y qué se yo.
Yo sólo les pido que por favor tengan cuidado con banear usuarios inocentes. Ojalá no pase lo mismo que con una empresa, cuyo nombre no voy a decir por ningún motivo, que realizó algo parecido la década pasada en su servicio XBOX Live.
Fuente: Blizzard